Ya va siendo hora de que le pierdas el miedo al modo manual de la cámara de fotos réflex. ¿Para qué quieres una cámara de calidad si la vas a usar en automático? ¡Atrévete a aprender! Te estás perdiendo un mundo de posibilidades.
En Emilio Simón conocemos perfectamente la dificultad de utilizar una buena cámara de fotos en modo manual, pero también sabemos que, una vez que aprendes a manejarlo, ¡los resultados son increíbles! Así que deja el miedo a un lado, despídete del modo automático y aprende a usar la cámara como un profesional con estos 5 sencillos trucos.
La velocidad de obturación: tu mejor amiga en modo manual
Cuando hablamos de velocidad de obturación nos referimos a la velocidad de disparo de la cámara. En modo manual puedes elegir a qué velocidad harás tu foto, siendo 30 segundos la velocidad más lenta.
Si consigues dominar la velocidad de obturación de tu cámara en modo automático podrás hacer verdadera magia en tus fotos. ¿Cómo? Sobre todo, jugando con la luz. Cuanto más lento sea el disparo más luz atrapará la cámara en la fotografía, consiguiendo efectos lumínicos dignos de cualquier montaje fotográfico.
Número f: ¡se acabaron las fotografías quemadas!
El número f mide la abertura del diafragma de tu cámara. Básicamente, esto se refiere a la cantidad de luz que entra al sensor y, por ende, que plasmarás en tu fotografía. Si el número es bajo significa que el diafragma está más abierto, dejando entrar más luz. Si el número es más alto, el resultado será el contrario.
Muchas veces no podemos controlar la luz del entorno, y para eso debemos controlar el diafragma de la cámara: se acabaron las fotografías demasiado oscuras o muy quemadas. ¡Elige el número f que mejor se adapte al tipo de foto que quieres conseguir!
No olvides cambiar el modo de medición de la luz
Aunque muchos no lo saben, el modo de medición de la luz puede cambiarse. Este modo calibra la luz de toda la escena, calculando una media para definir la exposición más adecuada.
Por defecto, tu cámara tendrá el modo matricial o evaluativo, que mide la luz en la totalidad de la escena. Aunque suele ser el más utilizado, no siempre es el más apropiado: existen otros modos de medición de la luz que priorizan zonas concretas del encuadre, dando protagonismo a elementos concretos.
Algunos de estos modos son la ponderada al centro, que prioriza el centro de la escena; la puntual, que se centra en un punto concreto de la imagen; y la parcial, que funciona como la anterior pero ampliando un poco más el recorte que prioriza.
No sin balance de blancos
¡Un balance de blancos es imprescindible para cualquier profesional de la cámara! Antes de empezar con tu sesión de fotos, no olvides hacer un balance de blancos.
Aunque pongas la cámara en modo manual, es probable que el balance de blancos siga en modo automático.
Sin embargo, tu cámara tiene mucho más que ofrecer: ajustes predeterminados para escenas soleadas, en la sombra, nubladas… ¡o incluso balances de blanco personalizados!
¿Cómo sé qué valores necesito?
Si, después de todo, sigues sin conseguir la fotografía que deseabas, tenemos un truco para que conozcas los valores exactos que necesitas calibrar en tu cámara. Es un truco muy fácil: encuentra un ejemplo exacto de la fotografía que quieres. ¿Lo tienes? ¡Entonces solo tienes que consultar los datos EXIF!
Estos datos aparecen en las propiedades del archivo y suelen indicar valores como el número f o la velocidad de obturación.
¿Te hemos ayudado? ¡Esperamos que sí y que, por fin, te atrevas con el maravilloso modo manual de tu cámara! Y, si después de divertirte un rato experimentando con sus infinitas posibilidades sigues sin conseguir el efecto deseado, ¡siempre puedes contar con nosotros!