Es más que posible que hayas escuchado en alguna ocasión que hoy en día, con los impresionantes Smartphones que tiene todo el mundo, no es necesario utilizar una cámara Réflex.
Seguro que también hay muchos aprendices de fotógrafo/a que han pensado colgar el objetivo tras escuchar que con un iPhone o un Samsung conseguirán efectos mejores y más rapidos.
¿Te lo has creído? Nosotros ni por un momento.
Pero no queremos que parezca que es una opinión puramente personal. Así que vamos a demostrar con hechos y argumentos que, por muy buenas fotografías que puedas obtener con tu móvil, nunca serán como las de una cámara profesional.
Tu Reflex siempre será mejor que un Smartphone
Dentro de nuestro análisis queremos destacar que se trata de tres puntos en los que nos basamos como profesionales de la fotografía. También queremos hacer incapié en que se trata de una comparativa entre cámaras Réflex y sin espejo frente a Smartphones de última generación. Por lo que ni la Polaroid que adquiriste hace poco ni un teléfono de gama baja entrarán en la comparación.
La luz
El captor de luz de una cámara Reflex es una (por no decir la principal) diferencia para con un Smartphone. Especialmente si tenemos en cuenta el tamaño del sensor dedicado a ello: sería imposible que fueran iguales.
Como seguro que ya sabes, es justamente esto (el tamaño del sensor captor de luz) lo que condiciona la calidad de una imagen. Cuanto más grande sea este, más megapíxeles tendrá, por lo que los puntos de luz de la foto en un Smartphone quedan condicionados siempre por este sensor.
Si no captamos la luz correctamente, aparecerá una cantidad de grano molesta, ruido, y otros problemas. Algo que con una cámara Réflex no es un problema.
Es evidente que se trata de una desventaja que siempre va a tener un Smartphone frente a una cámara Réflex. El tamaño importa, al menos al hacer una foto.
Primer punto para tu cámara Réflex.
La óptica
Si la luz es fundamental, la óptica de una cámara Reflex frente a la de un Smartphone es un abismo insondable. Y uno, además, muy sencillo de comprender: es puramente físico.
Por muy buena que sea la óptica de un Smartphone (que, de hecho, puede llegar a serlo) no es comparable con la de una cámara Réflex y sin espejo. Mucho más versátiles que cualquier móvil, permiten cambiar de objetivo tantas veces como necesites.
Dependiendo de la distancia, luz, o zoom óptico puedes escoger entre cientos de variedades en una cámara Réflex.
¿Su homólogo en los Smartphones? Una lente que se puede sujetar con una pinza en la cámara del teléfono. ¿El resultado? Imágenes poco claras, planas y dedimensiones reducidas.
Segundo punto para tu cámara Réflex.
Tu propio estilo
Pero todo lo que hemos nombrado hasta ahora en esta peculiar guerra a la hora de capturar imágenes, queda empequeñecido frente al tercer punto. Y es que la versatilidad para poder lograr imágenes totalmente diferentes gracias a las opciones de configuarción de una cámara Réflex son inmensas.
Ojo, no es culpa de los Smartphones y probablemente con las actualizaciones, vayan adquiriendo más y más opciones cada vez, pero hoy en día es imposible que se puedan considerar similares.
Distancia focal, sensibilidad, balance de blancos u obturación son algunos términos que en un Smarphone no aparecen. Tal vez alguno y de manera muy limitada en uno de alta gama.
Punto, set y partido para tu cámara Réflex.